¿Has tenido metas u objetivos que no has podido alcanzar? ¿en qué área de tu vida? ¿quizás en el amor? ¿quizás en el dinero? ¿quizás en la salud? ¿o quizás en otra área? Descuida, a todos nos sucede en algún momento de nuestras vidas. A continuación veremos por qué ocurre esto y qué podemos hacer al respecto.
El ser humano se compone de una mente y un cuerpo y, para algunos, también de un alma o un espíritu (en caso de que compartas alguna creencia), sin embargo, todo lo que necesitamos trabajar para atraer lo que queremos está a nuestro alcance, en la mente, sólo que no en la mente consciente, sino en la mente subconsciente, la cual es más profunda y ocupa la mayor parte de nuestro cerebro, dominando lo que somos, lo que hacemos y con ello, lo que obtenemos o atraemos.
Está comprobado desde tiempos remotos en la historia de la humanidad, que de nada sirve arrancar en un cultivo los frutos de la maleza si no arrancamos esta de raíz, entonces ¿por qué seguimos tratando de cambiar los frutos de nuestras vidas personales si no hemos cambiado las semillas? Ahora quizás te preguntes ¿y dónde están las semillas? ¿y cómo las cambio?
Según los estudios de Programación Neuro Lingüística (PNL), los frutos o resultados, es decir, las metas u objetivos que alcanzamos son la consecuencia final de todo un árbol que crece en nosotros a partir de unas semillas, dichas semillas son nuestras creencias más arraigadas (especialmente las que desarrollamos en la infancia) y los pensamientos que más contemplamos debido a la influencia de nuestro entorno. A partir de allí nacen las raíces, que son nuestros sentimientos y emociones, que luego van formando el tronco del árbol por medio de nuestros conocimientos y habilidades, hasta llegar a formar las ramas del árbol, las cuales son nuestras conductas y hábitos y finalmente, de allí brotan los frutos.
La gente en Latinoamérica, a día de hoy, se está empezando a educar emocionalmente como lo hicieron los países de primer mundo hace décadas, con el fin de cambiar sus frutos, es decir, de alcanzar sus metas, atrayendo lo que en verdad quieren, empezando por cambiar la semilla, que en muchos casos es una o varias creencias limitantes o pensamientos tóxicos, independientemente de dónde provengan.
Veamos un ejemplo concreto:
Supongamos que de niño creciste en un hogar de escasos recursos, rodeado de gente igual y que los adultos en aquel sitio siempre decían delante tuyo cosas como: “no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita”, “¿para qué tener tanto si uno se muere y no se lleva nada?”, “el que tiene vive mal, vive enfermo, etc”, “esa gente que tiene dinero de seguro trabaja con droga” o incluso la famosa frase “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de los cielos”. ¿Qué posibilidades tiene de progresar una persona que nace y crece en un ambiente así y que por amor a las personas de su entorno se deja convencer de estas creencias limitantes, es decir, se deja plantar en su mente estas semillas de maleza?
Sin necesidad de tocar el tema religioso para no ofender a nadie, es necesario que entiendas que con dinero se construyen las iglesias y con dinero se imprimen las biblias y, si el dinero es malo según estas ¿entonces por qué lo usan? Deberías preguntarte también si ¿necesariamente es pobre el sacerdote o el pastor que te recomienda que tú lo seas?
Pero este tipo de incoherencias que nos siembran semillas o creencias limitantes no sólo se presentan con el dinero en nuestras vidas, pues lo hacen en todas las áreas, como la salud, el amor, la educación, etc, es por ello que a veces también vemos o vivimos relaciones de pareja tóxicas, donde se presentan abusos, faltas de respeto, violencia y hasta infidelidades por culpa de aquella semilla que le dice a nuestra mente subconsciente “el amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” cuando en realidad no es así, pues el amor también puede ser pensado, sin quitarle su toque mágico.
Así que, para terminar, si de verdad deseas cambiar los frutos en algún área de tu vida, comprométete a cambiar las semillas que han sido sembradas en tu mente subconsciente, es decir, a arrancar toda la maleza de tus creencias limitantes y remplazarla por las semillas que te pueden aportar aquellas personas que han dado buenos frutos. Ese es el secreto de la ley de atracción, si quieres atraer nuevos y mejores frutos a tu vida, no debes cambiar sólo las ramas de tu árbol mental, debes plantar en tu mente subconsciente nuevas y mejores semillas.
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